sábado, 3 de octubre de 2009

La Princesa que besó muchos sapos...




Hubo una vez en un reino muy lejano una princesa, que estaba en la búsqueda de un gran amor. Era muy hermosa y no había ni un solo hombre en el reino que no la mirara y la deseara.. pero la princesa solo quería encontrar su gran amor.

La princesa llegó a conocer todo tipo de hombres, el controlador, el que lo quería saber todo y cada paso que daba, así la princesa pronto se sintió agobiada y despidió a su pretendiente invitándolo a seguir otro camino.

También llegó a conocer al celoso, este por varias razones desaparecía rápido de su vida.. por falta de autoestima y de no saber lo que era el verdadero amor, porque en el verdadero amor, hay libertad pero entrega. Un hombre así, dejaba de seducir pronto a la princesa.. - otro sapo menos que besar , pensó ...

También conoció al aparentemente tranquilo, ese hombre que parecía una balsa de aceite, relajado, sensible.. pero la princesa era muy observadora y no perdía detalle de su enamorado, y así un día, el hombre tranquilo explotó por motivos que no tenían la menor importancia, pero que en una convivencia podían ser graves. Pues un hombre que utiliza la fuerza aunque sea verbal con una mujer, no es fiable . Así que creyó que era mejor dejarlo marchar.. ya era un sapito menos que besar...

También conoció al don Juan, el seductor que sabia engatusarla y decirle lo hermosa que era, éste era peligroso, porque cayó en sus garras sin darse cuenta.. muy maravilloso al principio pero poco a poco alejándose como un cobarde de su lado para acercarse a ella solo cuando a él le parecía... este no era digno de coronarse para un reino, así que la princesita dejó de besar a este sapito... pues si se alejaba así de la princesa, también podía traicionar a su reino..

Así fue sucediendo durante años, el tiempo pasaba y la princesa , príncipe no encontraba.. pues todos como sapitos saltaban...

Un día la princesa paseaba por su jardín, y en el horizonte un sapito vio saltar... se acercó para saludar y el sapito le pidió que lo besara, la princesa que ya estaba un poco escarmentada, no se fió pues ya la habían engañado y utilizado algunas veces.. y dejó al pobre sapito sin beso, siguió caminando a su palacio y pensando para sus adentros: - y si me he equivocado y esta vez es mi rey?-.., pero ya estaba escarmentada, ya había sufrido desengaños y había perdido la confianza.


La princesa decidió dejar de besar sapos y reinar sola...


Dedicado a las princesas que como yo, han besado algunos sapitos, por suerte, no todo ha sido así...






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